II Festival de Orquestas del Atlantico

A todas las orquestas que participaron en este “II Festival de Orquestas del Atlántico”, gracias porque hicieron un espectáculo dignísimo e hicieron grande el mundo de nuestras orquestas Canarias con un nivel, como hacía tiempo que no habíamos visto. Orquesta Orotava, sorpresa para muchos, nos envolvió en un clímax de una música que no está muerta, sigue viva y más viva que nunca de mano de esta fenomenal orquesta, que esperamos nos dure muchos años más. Pepe Benavente, nuestro cariño con alguien que nos llama y se ofrece para ayudar esa noche y que además, tiene la gentileza de cumplir con su palabra dada, a pesar de que esa misma noche, su hija, lo podía hacer abuelo. No tengo palabras…simplemente Gracias Pepe por ese gesto con nosotros. Orquesta España de Arafo, prueba superada, cumplió en una noche magistral, todo un equipo de músicos que estuvieron a una muy buena altura y que pronto darán mucho que hablar, esta orquesta tiene muchas cosas que nos hacen presentir un futuro muy prometedor y unas gotas de frescura musical que nos lleva hasta esos buenos tiempos que siempre nos gusta recordar. Falo Rodríguez, una voz inigualable, un estilo único, tiene todo el sabor de nuestras orquestas, le pone alma y corazón en todo lo que hace, conecta como nadie, con ese público que responde siempre que está en los escenarios y por encima de todo…Un amigo, como ninguno, que está luchando por nuestra emisora, que mas quieres que te diga Falo, solo me queda un…Gracias compañero. La Orquesta Acapulco, sonaron como nunca, están en un momento impresionante, lo consiguen con trabajo, mucho trabajo y se merecen seguir ahí, en lo más alto formando parte de una de las mejores orquestas del archipiélago, cada día nos gusta más esta orquesta que no defrauda y que lleva en sus filas a un histórico de este maravilloso mundo, a quien aprecio mucho, Don Eliseo Machin y que vimos como sonreía, al pie del escenario con sus muchachos, orgulloso de sus trabajo. ¡Te lo mereces! Eliseo…gracias. Francisco Galván